La arquitectura en nuestro país, como la mayoría de las bellas artes es una porquería y para no variar todo viene de procesos muy bien implementados por nuestros paisanos como la corrupción, la mediocridad, la tranza, la pobreza, los sindicalismos de cuarta, los compadrazgos y sin duda, la mala educación.
Todos los días cruzo por nuestra máxima casa de estudios, la UNAM, patrimonio cultural de la humanidad, título ganado por la arquitectura de grandes tipos como Mario Pani, Enrique del Moral, Carlos Lazo, Diego Rivera, Juan O’Gorman, Teodoro González de León, todavía como estudiante y muchos otros y siempre me pregunto lo mismo, quién autoriza la construcción de proyectos dentro de la Ciudad Universitaria. Es terrible encontrarse cada vez con edificios horribles, sin el más mínimo sentido estético, ¿no se supone que de la UNAM egresan los mejores arquitectos de nuestro país?, entonces porque cada vez aparecen edificios cada vez más horribles que dañan, ensucian y mutilan a lo que la UNESCO nombró patrimonio cultural de la humanidad.
Los edificios de postgrado, investigaciones y algunos anexos nuevos y no tan nuevos, son un verdadero insulto a la arquitectura, no sólo de la UNAM sino de nuestra ciudad y de los bolsillos de los que pagamos impuestos, edificios caros, feos y sin ningún valor artístico.
Las autoridades de nuestra ciudad ponen miles de travas para construir en algunas zonas debido al valor histórico y/o artístico de las mismas, miles de trámites y permisos hay que conseguir para lograr construir algo, ¿qué no debería pasar lo mismo en la Ciudad Universitaria?, ¿no es ya y por si sola una obra de arte? Entonces por qué permitimos que la dañen y la violen de esa manera, es como permitir que un idiota le pintara lentes (porque los bigotes ya los tiene) a cualquier autoretrato de Frida Kahlo o un par de ramitas a los alcatraces de Rivera o semillas a las sandías de Tamayo. ¿O usted que piensa mi querido lector?