No hay nada más difícil que enfrentarse a la hoja en blanco y la necesidad de escribir, algunas veces las letras, las palabras, las ideas fluyen solas, llegan, se van, regresan y por fin quedan listas para publicarse, sin embargo, hay veces que escribir se convierte en algo complejo, las ideas se esconden, de pronto se dejan ver a lo lejos pero vuelven a esconderse, las palabras carecen de sentido y el papel sigue en blanco.
Lo más fácil sería hablar sobre política y atacar a unos cuantos candidatos, criticar algunos partidos, total, destruir es más fácil que construir, la crítica siempre será más fácil que la propuesta, escribir en contra de algo o alguien es más sencillo que defenderlo. Declararse a favor implica compromiso, defender a una persona, un partido político, una religión o una ideología siempre vendrá acompañada de crítica, de ataques, de inconformidades e incluso de enemigos; por el contario, la postura contraria te protege, te guarda y te ahorra esa difícil labor humana que es tomar decisiones, generar ideas y adoptar compromisos teóricos, ideológicos, morales y sobretodo personales.
El problema es cuando la crítica se genera sin fundamento ideológico. Ante la carencia de compromisos el ataque y la desacredtiación se vuelven un procedimiento seguro, al final, uno se encuentra protegido porque “en lo que yo creo nunca falla”, simplemente “porque no creo en nada”, navego en ese mar tranquilo de la falta de compromiso, del voto nulo.
Al contar con ideologías y creencias sólidas el proceso de la crítica, incluso del ataque, no se anula, se vuelve parte de un discurso completo, integral y coherente, al menos con uno mismo; sin embargo, en la práctica cuando se cree, cuando se pertenece, cuando se es, queda poco tiempo para la desacreditación, el mayor tiempo se ocupa en otro tipo de actividades como la autocrítica, la generación de ideas, la búsqueda de faltantes. Idealmente en la construcción, aunque en realidad se lleva más la reconstrucción.
Después de mucho pensarlo y tratar de definir esta entrada, mi papel sigue en blanco, las pláticas de esta semana han girado en torno a la muerte de Michael Jackson y algunos otros temas que no quería tratar, al menos no hoy, por lo cual, dejé deliberadamente en blanco mi papel porque simplemente las ideas no fluyeron, disculpe usted querido lector, espero hacerlo mejor la próxima vez.