Mi papa me dijo: "Sientete siempre orgulloso de ser mexicano. Habla bien de nuestro pais."
Y si. Me siento orgulloso de ser mexicano. No por lo que somos sino por lo que hacemos a pesar de lo que somos.
Se trata de entender que no hemos apostado por la violencia. No desde hace 80 a~os.
Australia se ha granjeado un respeto en el concierto internacional porque no ha faltado a la cita a la hora de defender, por las armas, los intereses occidentales. Y se le ha compensado por ello. En el plano economico. En el plano politico.
Mexico, en cambio, tiene que limpiar una fama ganada por las traperias de unos cuantos, por el silencio de otros muchos, y porque el bien que hacen los buenos es discreto.
Somos mas de 100 millones de gentes. Asentadas en un territorio solo 10% cultivable, y no tan grande como el australiano o el norteamericano, que para el caso son lo mismo sin contar Alaska.
Ellos, los australianos, son 22 millones. Y todos contribuyen. Pueden contribuir. Me refiero fiscalmente. Y mas cuando se trata de tener la primer mina de oro y de fierro (principal proveedor de acero a China).
No veo a Mexico atras en el concierto mundial. No lo veo en las gradas de sol. Lleg'o apenas a las de sombra. Pero lleg'o. No lo veo, por cierto, lejos de Australia. Ellos tampoco a nosotros. No. Entre ellos y nosotros no hay piedras de por medio en el camino.
Quiero regresar pronto a Mexico. Tan pronto como pueda regresar con el descanso apropiado minimo suficiente.
2 comentarios:
Tus comentarios, Pedro, sobre México y Australia se entrecruzan en temas trascendentales, algunos muy graves y otros vergonzosos. Es indudable que nadie está satisfecho con la inmoralidad reinante en todo México. No sé a qué causa achacarla más: si al cinismo de los políticos rateros y mentirosos, o al conformismo de gran parte de la población que observa apática el avance de la corrupción. Aparte está la cobardía de los dirigentes religiosos que por su silencio parecen cómplices de la clase política. ¿Quiénes de todos somos más culpables? Hay mucha tela de dónde cortar.
Quiza no haya tiempo de encontrar culpables. Borron y cuenta nueva, no?
Es decir, como le hicieron en Espa~a despues de Franco.
Algo asi como un perdon general.
Culpables hemos sido todos en realidad.
Yo creo que la sociedad es la que puede empezar. Es la que va a empezar. Mejor muestra de civilidad que la desplegada por la contingencia por la influenza no encuentro. Creo que la ciudadania mexicana pudiera estar a la altura.
Con empezar a pagar el agua, por ejemplo. Con darle marcacion de cerca al gobierno en cuanto a ahorro de energia y de agua por implantar politicas al respecto y en que medida esta cumpliendo con el Protocolo de Kioto.
Los gringos -los ciudadanos- no pueden hacer ni eso. Porque el gobierno de EEUU no ha firmado el Protocolo de Kioto.
No creo que el problema sea que tengamos politicos rateros. De alguna manera, todos los politicos se roban algo. Unos dinero, otros la valentia en la guerra que en realidad ejercen los soldados o los policias. Otros, dicen resistir embargos. Cuando en realidad es merito de sus ciudadanos.
Y los lideres religiosos, pues que recen mas. Porque Cristo, Mahoma y Buda, cuando iban a dar un mensaje importante lo que hacian primero era retirarse a rezar. Y mucho.
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