EXPRESÁNDONOS

Todos los seres humanos buscamos expresarnos de formas diferentes, la expresión es una necesidad con la que nos encontramos desde que nacemos y hasta el momento de nuestra muerte. La expresión nos libera, nos cataloga, nos asocia, nos separa. La expresión, en cualquiera de sus variantes, nos define como seres humanos y nos define como el ser humano que somos en específico.

Esta autodefinición toma matices distintos al toparse con el exterior, con la sociedad, con el otro. A final de cuentas, en esta expresión se encontrará lo que el otro ve de mi y con ello, todo lo que se genere posterior a esa apreciación.

El arte es una forma de expresión que genera un resultado definido, el cual cuenta o debe contar, con ciertas características específicas, mismas que deben pasar un filtro, una aprobación. Algún grupo acepta lo que es arte o lo que no. En el arte, la visión  del otro no es sólo importante, sino definitiva y definitoria.

Por lo tanto, si el arte es expresión y el ser humano se expresa por necesidad no debe haber nada más hermoso que el momento mismo de la concepción artística, que es el momento justo en el que el artista se expresa y crea una obra, su obra. Así es, al menos al principio, pero cuando el producto de esa expresión se vuelve público, de una manera u otra y en diferentes niveles surge un fenómeno igualmente humano, el del ego. De inicio se busca aceptación, después reconocimiento, después admiración y aplauso, hasta llegar a grados enfermos de necesitar idolatrías lambisconas.

Es entonces cuando el proceso creativo empieza a perder su esencia, su verdadera naturaleza, porque se convierte en un mero procedimiento para lograr objetivos que no necesariamente tendrían que ir como compañeros de la expresión personal.

Cuando se deja de pintar por el gusto de hacerlo y se hace pensando en lo que le gustará a tal o cual persona o a tal o cual crítico, cuando se deja de escribir por el gusto de hacerlo y se hace pensando en las ventas de un libro o en los comentarios de la crítica, cuando se deja de bailar por la necesidad de expresión y se hace por la fama y el aplauso, es entonces cuando la expresión deja de serlo y se convierte en una mera tarea, en una obligación, en un trabajo. Entonces, si el arte es expresión por definición y el artista corrompido deja de expresarse, ¿éste deja de hacer arte?.

Sin pensar en el arte y cambiando un poco de tema, le platico querido lector que inicié este blog por la necesidad de escribir, de expresarme de maneras distintas y con diferentes matices, sin un estilo literario ni una línea temática, simplemente con ganas de vivir este experimento. Inicié este blog con las personas que sabía que, además de comprometerse con el proyecto, iban a disfrutar la libertad y aprovechar la oportunidad de escribir lo que tantas veces hemos platicado con una copa de vino en la mano.

Escribir en el blog es, al menos para mi, un gusto, un ejercicio de libertad y sobretodo de expresión, pero luego viene la necesidad de reconocimiento, claro que en nivel diferente, pequeño y casi imperceptible, sin embargo existe. Por eso, llego a una simple conclusión: mientras mis cuadros, mis diseños y mis entradas en este blog sigan siendo un gusto, seguiré pintando, diseñando y escribiendo lo que se me antoje sin importar el número de comentarios o de hits que reciba este humilde espacio cibernético. De cualquier forma, estimado lector, no sea gacho y déjenos un comentario de vez en cuando y visite este blog aunque sea para ver si ya cambiamos la imagen del encabezado, escriba y salude... !se siente re bonito, me cae!.