De entre las múltiples "redes sociales" Twitter es un fenómeno interesante, la información fluye de manera increíblemente rápida, de mano en mano y de una manera exponencial. Nunca había visto algo así, un acontecimiento sucede en cualquier parte del mundo y vía Twitter nos enteramos unos minutos después. Twitter ha sido más rápido que en las páginas de los diferentes periódicos o noticieros. Evidentemente la fidelidad de las fuentes no corresponde al de las grandes empresas dedicadas a bombardearnos de noticias, sin embargo, generalmente el tiempo le da la fidelidad y veracidad a la fuente “twittera”.
Twitter es una herramienta muy interesante. La necesidad de enterarnos y enterar es demasiado fuerte en el ser humano, poco a poco todos nos estamos convirtiendo en reporteros de nuestra propia vida y de la vida de nuestros amigos y hasta de los hechos del mundo.
El terremoto de Haití fue un ejemplo claro, antes de escuchar la noticia en cualquier otro medio lo leí en Twitter, de pronto, todos mis contactos empezaron a tocar el tema y a enterarme del suceso, algunas aportaciones muy afortunadas, algunas no tanto, sin embargo la verdad se fue acomodando entre línea y línea, aportación y aportación, “twitteo y twitteo”.
Ahora, el sentimiento altruista inunda los comentarios de mi página de inicio en Twitter, dónde llevar ayuda, qué llevar, en qué cuenta depositar, etc. Se percibe la sensación de que todos ayudamos al “twittear” estos datos, sin embargo, ¿dónde queda la otra ayuda?, la ayuda real, es decir, ya dije dónde dejar los víveres, pero ¿yo ya dejé algunos víveres?, yo ya “twitteé” la cuenta en HSBC para ayudar, pero ¿yo ya deposité algo?.
Los periodistas ayudan en transmitir la información, eso me queda claro y Twitter nos convierte de alguna forma en periodistas amateurs, sin embargo, al existir tantos comunicadores en la red ¿dónde quedan los que ayudan? ¿no hacen falta las personas que reciban esta información y la pongan en práctica?. En Twitter todos somos comunicadores, pero al mismo tiempo no dejamos de ser el pueblo común y corriente, el que debe dejar víveres en la Cruz Roja o donar sangre en algún hospital. No debemos dejar de ser parte de la información, pero tampoco debemos olvidar que sólo somos un eslabón en esta gran cadena, porque al final, seguimos siendo los ciudadanos de a pié, los que ayudan, los que apoyan, los que responden a las necesidades de otro ser humano cuando tiene un problema, esos que convierten una tragedia en un ejemplo de hermandad.
Así mi querido lector, que a "tweetear" menos y ayudar más...
1 comentario:
Twittea! Twittea!! Twittea!!! Buenas tardes.. un amable saludo!
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