Mi computadora pasó a mejor vida, no puede ser, mi herramienta principal y compañera inseparable me ha dejado, esto, además de interferir en mis actividades laborales, interrumpe el ritmo que le podía imprimir a este espacio, ya que entre semana por las noches no tengo acceso a ninguna computadora y los fines de semana me tengo que turnar con Ceci algunas horas para el uso de la suya, las cuales en su mayoría se gastan en volver a entender como funciona Windows, que por cierto, mis amigos de Microsoft cada vez lo hacen más complejo y difícil de entender. ¡Extraño mi Mac!. En fin, espero que este problema se solucione pronto y pueda dedicarle el tiempo a este blog y a su diseño.
Hablando de computadoras y tecnología les platico que el internet no deja de sorprenderme, la computación en general me regala todos los días la sorpresa de cosas nuevas que se pueden hacer mejor y más rápido. Mi generación se sucedió en la era del restirador, en la cual teníamos que aprender a dibujar con acuarela para representar una escena estática de una casa al estilo Bob Ross y ahora con unos cuantos comandos en la computadora no sólo representamos la misma casa y mejor, también puedes caminar por ella, abrir puertas, inspeccionar sus ductos de aire acondicionado y verificar si le dará el sol el 14 de diciembre del año 2025 a las 3:24 de la tarde.
Hoy con un simple programa podemos hacer nosotros solos en cuestión de minutos lo que antes nos llevaría días y requeriría la ayuda de mucha gente. Los procesos laborales se han optimizado o al menos, podrían optimizarse, es decir, esto podría o debería ser una maravilla para todos, ¿no lo creen?, ¿quién puede estar en contra de mejorar?. Pues nunca falta el negrito en el arroz, la parte opositora, los que no permiten que los sistemas tomen el lugar de 24 trabajadores sindicalizados que sólo oprimen un botón o abren una puerta, ¿los sindicatos?, así es.
Nuestro sistema sindical, el cual no es tema de esta entrada, se ha dedicado a bloquear las grandes inversiones en equipos y sistemas. Nunca se ha preguntado ¿por qué la UNAM se llevó tantos años en sistematizar algunos procesos sencillos? o ¿por qué en el gobierno no se hace tal o cual cosa con un sistema vía internet?, pues todo esto es gracias a este sistema sindical que lejos de ayudar a nuestro país, más bien lo sume en un valle de mediocridad y corrupción.
No puedo dejar a un lado la resistencia al cambio que pueda frenar un poco esta veloz maquinaria de transformación tecnológica, sin embargo, en estos tiempos, esta revolución tecnológica es tan voraz que ni el mismo “statu quo” puede en contra de ella, tal vez sea una especie de fricción que se oponga al movimiento pero sin pasar de eso. El problema real no es la mentalidad razonable y entendible de tener miedo a lo nuevo, sino la mentalidad tranza y corrupta del mexicano. Como siempre nosotros mismos nos metemos el pie, mientras unos tiran para la izquierda otros tiran para la derecha, mientras uno está subiendo dos tratan de bajarlo para que no se supere. Ni modo mi querido lector, aquí nos tocó vivir y lo peor, si mi computadora.