Suena el teléfono. “¡Mamá! ¡mamá!, me subieron a un auto….” escucho. Y nuevamente el mismo mensaje. “¡Mamá! ¡mamá!, me subieron a un auto….” Cuelgo el teléfono y reacciono: era una llamada de extorsión.
El miércoles pasado esto fue lo que me pasó y me hizo reflexionar sobre nuestra fragilidad y vulnerabilidad ante la delincuencia organizada.
Hoy encuentro en las noticias -con gran disgusto- que los narcos quieren pactar con el gobierno y hasta se atreven a amenazarlo: “no se metan con nuestros hijos… nosotros respetamos al presidente… pero odiamos a los cuerpos policiacos…” ¿Qué querrán decir estos mensajes?
El gobierno ha sido fuertemente criticado por la estrategia de lucha frontal hacia el narco, pero después de esta llamada y de imaginarme el dolor y la angustia de todas aquellas mamás que se les ha partido el corazón al escuchar una noticia similar, me parece que no es del todo justo minimizar el esfuerzo del gobierno actual. Todos sabemos que la lucha contra el narco va a durar años y quizás nunca termine, pero quizás se pueda nulificar su poder a través de las acciones gubernamentales.
Así como hay cosas alegres que me han cambiado la vida (como la sorpresa de encontrarme un águila en mi ventana), la llamada también la cambió. ¿Por qué?
Porque me dio mucho coraje saber que hay un tipo que se hace pasar por tu hijo y fingiendo que llora te dice que lo tienen secuestrado…
Porque consiguieron mi teléfono…
Porque eran las 2 de la tarde y hablaron como si fuera el tipito de Telmex que te dice que debes dinero…
Porque ya nadie está seguro…
Porque pensé en todos los padres que sufren esta tortura…
Porque no puedo entender el cinismo de tantos mexicanos…
Porque me recuerda a los muchos familiares de amigos que han sido víctimas de secuestro y de asesinato…
Porque me indigna que alguien pueda hablar de esa forma y nadie haga nada…
Porque odio tenerle ira a alguien y pedir que se muera…
Porque en momentos como ése, pienso en qué país sería bueno vivir…
Porque amo a México y no quiero TENERLE MIEDO
Así que si la única forma es que el gobierno siga capturando a los muchos políticos involucrados en el narcotráfico; siga con su política de guerra frontal; y/o agarre o mate por defensa propia a algunos delincuentes; yo me quedaré callada, pues prefiero eso a que me sigan llegando llamadas de extorsión y me siga enterando de secuestros y asaltos a amigos y a familiares.
¿Ustedes, qué opinan?
5 comentarios:
Cecy,estoy de acuerdo contigo que ante esta realidad de violencia y extorsión que vivimos, producto del narcotráfico, cualquier acción tomada por el Gobierno en esta lucha, es de entrada una ganancia, al menos en un principio eso pareciera, y no minimizo las acciones, sin embargo se necesita más que "esfuerzos". Es una realidad que la estrategia dejó de funcionar, al menos a 2 años y medio, así parece y para prueba esa "llamadita de la TUTA" que aparte de mostrarnos que no tienen pero ni tantita vergüenza, públicamente RETA y AMENAZA al Presidente de la República y junto con él a todos los mexicanos. Yo no tengo ningún problema en que en esta lucha como en cualquiera, desafortunadamente fallecen de ambos lados buenos y malos, lo ideal es que "caigan" más malos que buenos....pero con resultados concretos, visibles, que disminuyan esas llamadas telefónicas de extorsión.
Este problema de la extorsión telefónica se está agravando en la ciudad, lo peor es que está comprobado que la mayoría de estas extorsiones son llamadas hechas desde los Reclusorios, en algún momento, como todo en este país, se tomaron cartas en el asunto para evitar estas llamadas, sin embargo, ya que pasó de moda se ve que siguen sucediendo y las reclusos siguen teniendo teléfonos, pantallas de plasma, armas y todas las comodidades y facilidades para seguir en el negocio, mientras hay reclusos acusados de tonterías que duermen más de 20 en una celda de 2.2X2.2metros... el problema penitenciario de México y de la ciudad en especial es otro tema a desarrollar.
Son varios los casos que he escuchado sobre esto, el consejo podría ser no hacer caso, pero siempre nos queda, al menos a los que somos padres, la duda. No nos vaya a pasar como Pedro y el lobo. Esta gente delincuente sabe tocar las fibras necesarias para extorsionarnos.
Gracias por sus comentarios, es cierto, ha pasado de moda y por ello ya no se ve que las autoridades hagan algo.. pero la realidad es que los problemas son maquillados y no se solucionan y, como bien comentan, los criminales se las ingenian para desarrollar nuevos mecanismos de extorsión para que caigamos. Qué triste, como bien dices tere, que mueran los del bando "bueno" y que nadie agradezca a sus familias por haber entregado su vida.
Tristemente en nuestro país, cuando muere un policía no existe la cultura del luto, al contrario, parecería que nos da gusto o al menos nos vale, como si fuera algo común, perdimos la la capacidad de asombro y además nos valen las vidas de estas personas.
Tu admirador anónimo
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