miércoles, 17 de junio de 2009

DE LA ESPERANZA

DE LA ESPERANZA

Entreteneos aquí con la esperanza.
El júbilo del día que vendrá
os germina en los ojos como una luz reciente.
Pero ese día que vendrá no ha de venir: es éste.

Jaime Sabines


Algunos dicen que la gran enfermedad de este mundo es la falta de fe o la crisis moral que atraviesa. Yo creo que en nuestro mundo lo que está agonizante es la esperanza, las ganas de vivir y luchar, el redescubrimiento de las infinitas zonas luminosas que hay en las gentes y en las cosas que nos rodean.
Pero esto reclama apertura. Requiere que uno de verdad quiera conocer más y mejor personas y lugares; ancestros de nuestros lugares de residencia, rincones de nuestra propia patria; las cosas hechas en México y sus creadores y creativos.
Definitivamente no podemos darnos por satisfechos con lo que nos dicen en los medios nuestros honorables periodistas y los así llamados "líderes de opinión", muchos de ellos con muchísima menos formación académica que un profesionista promedio inserto en el mundo laboral.
Tampoco podemos quedarnos encerrados en una falsa comodidad y no permitirnos el intercambio de experiencias, de conocimientos, ideas y proyectos con compatriotas nuestros que no requieren estar en la sierra más recóndita para encontrarlos diferentes y complementarios a nosotros para acometer las urgentes tareas de construir, desarrollar, emprender.
Perdonen que asocie la idea de esperanza a esta capacidad de apertura, pero yo pienso que, si por cada sujeto que aparece en las noticias que maltrata a su mascota, volteáramos a ver a los otros diez mil que la sacan a caminar, estaríamos alejándonos de esa especie en que algunos quieren convertirnos: algo aún peor que ciegos, gentes que sólo tienen capacidad para ver lo negro e ignoran toda la ancha gama de colores que les rodean.
No tenemos necesidad de más dinero. El hambre de esta época creo que es de ternura y buen humor. Necesidad de que alguien nos limpie los ojos y nos ayude a confiar en nosotros mismos y quienes nos rodean.
Me parece que hay más soledad en este mundo, en nuestro querido país en específico, que desempleo. Más jóvenes sin alguien con quien hablar que pérdidas o pasivos en las empresas.
Hay que ver más allá de nuestras narices. Levantar la mirada. O caminar para alejarnos de los que nos estorba y poder ver las potencialidades que están enfrente de nosotros. Sólo aspirando a querer hacer de este mundo un lugar más bello es como se entiende a quienes sí lo lograron: los artistas del Renacimiento, los músicos de todas las épocas, los verdaderos médicos -del cuerpo y el alma- y los poetas que han pisado este planeta desde que se tiene registro de la Historia.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Peter qué inspiración tu artículo! me surge una duda: cómo hacer para q otras generaciones vean la vida "a colores" y no en blanco y negro?

Pedro dijo...

Tere: opino que vayan más a conciertos de música, salgan a caminar durante más atardeceres. La paz de un atardecer... hace mucho que no oigo hablar a alguien de la paz de un atardecer. Y es algo tan cierto, tan real. Pero a esa hora la TV nos ha secuestrado.