jueves, 25 de junio de 2009

LAS TRES OPCIONES

En estos tiempos de opciones, me temo que, sustancialmente, existen tres tipos de seres en esta vida. Tipificados elocuentemente, de manera muy aguda, en las novelas de Graham Greene.

Tanto en ellas como en la realidad, el género de los que se amoldan es el más abundante; cubre posiblemente al ochenta y dos por ciento de los humanos. Son personas que se resignan a los carriles marcados, leen lo que está mandado leer, tragan lo que la televisión les sirve, se desgastan en un trabajo que no aman y, aunque realmente no viven, siempre encuentran pequeñas cosas que les dan la impresión de vivir: se apasionan por el futbol o la lucha libre, pasando por la vida sin haber engendrado un solo pensamiento que puedan decir que es suyo.

El segundo tipo de seres es menos frecuente. Éstos tuvieron una juventud ardiente e inconforme. Llegaron a descubrir que casi todas las cosas de este mundo están sostenidas sobre columnas inexistentes. Descubrieron hasta qué punto la realidad es devoradora y omnipotente. Soñaron, ya que no construir un mundo mejor, sí construir, al menos, su propio mundo personal. Pero pronto se dieron cuenta de que la vida les iba llenando de heridas. No querían renunciar a sus ideales, pero tampoco tenían coraje para realizarlos. Y encontraron la solución creándose un mundo de sueños. No se amoldaron al mundo, se salieron de él. Afuera había dolor, pero ellos vivían lejos de él: en su paraíso de piedad religiosa; en un mundo que decían "poético". Huían de la realidad a través de la música, de unos cuantos amigos, tal vez de un amor. El mundo, pensaron, no cambiaría nunca. Y prefirieron fabricarse un gueto "ad usum delphinis" en el que podían encontrarse calientes y reconfortados.

Otros decidieron mantener su rebeldía. Decidieron pensar por cuenta propia. En lo religioso apostaron por Dios, pero pusieron muchos interrogantes a las bandejas en las que se lo servían. Eligieron su carrera no porque fuera rentable, sino porque la amaban. Nunca se obsesionaron por el éxito, sino por el afán de ser fieles a sí mismos. Se convirtieron en permanentes inadaptados pero huyeron de esa otra peste de ser distintos por el afán de parecerlo. Si a veces se cansaban sabían volver incesantemente a su gran tarea: exigirse a sí mismos. Sabían que lo importante no era llegar a ninguna parte, sino llegar a ser. Sentían miedo a ratos, pero jamás se sentaban a saborear su miedo. Buscaban. Sabían que se morirían sin haber terminado de encontrarse. Pero seguían buscando. Se toleraban a sí mismos muchas flaquezas, pero jamás el desaliento. Nunca se preguntaban "para qué" servía el amor. Creían tanto en él que no les preocupaba conocer su eficacia. Eran engañados miles de veces. Mas no creían que eso les autorizase a engañar o engañarse. Creían en la justicia. Sabían que siempre estaría en el horizonte, por mucho que caminasen hacia ella. No se avergonzaban de sus lágrimas, pero sí de que su corazón no hubiera crecido en las últimas horas. Cuando los demás les hablaban de una pandemia o una gran inundación que un día nos quitaría las razones para vivir, ellos pensaban que el dinero, la sociedad, los honores y el prestigio iban haciendo -ya ahora, no como presagio- esa misma labor. Y la gente pensaba que fracasaban. Tal vez ellos lo temían también a ratos. Pero estaban vivos. Tan vivos que no se detenían a pensarlo por miedo de perder un momento de su vida. Morían sin haber dejado de ser jóvenes. Unos les llamaban locos y otros santos. Ellos sólo sentían la maravillosa tristeza de no haber llegado a ser ni lo uno ni lo otro.

5 comentarios:

Isaac dijo...

Me pongo de pie... aplausos, que buena entrada!!!

Wadanco dijo...

Pienso igual que el Arquitecto, me gustó, aparte es completamente verdad.

Isaac dijo...

Y lo bueno es que no estabas inspirado, si sigues así nos vas a intimidar, no vuelvo a escribir... sigo en la ovación de pie por la entrada... clap, clap, clap!!!!

Edmundo dijo...

Uyyy Pedro, me gusto mucho ta muy bueno, inspirador, emotivo, motivador, escribes bien. Felicidades!!! No quiero o no me gusta clasificar a las personas, peeero puede ser que todos entremos en las tres categorias, algunas veces entramos en la primera categoria algunas en la segunda y otras en la tercera?

Anónimo dijo...

Question Peter: tú crees que ese 82% realmente está eligiendo esta opción? y .... por qué crees que opten por ésta?